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Programa Escuelas Transformadoras lanza publicación sobre la importancia de la empatía en la educación

Programa Escuelas Transformadoras lanza publicación sobre la importancia de la empatía en la educación

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Lanzado en Brasil en septiembre de 2015, el programa Escuelas Transformadoras se dirige con paso seguro hacia el logro de su misión: cambiar el coloquio acerca de la educación y del papel que desempeñan los niños y los jóvenes en la transformación de la sociedad. Para cumplir este desafío, cuenta con una comunidad diversa, formada por equipos de escuelas, emprendedores sociales, académicos, periodistas y especialistas de diversas áreas del saber.

Por medio de sus iniciativas, el programa intenta demostrar que la educación se está abriendo hacia un nuevo diálogo, pasando por valores y estructuras que ponen a las personas en el centro del proceso educativo, comprendiéndolas como agentes de transformación de sus propias vidas, de sus territorios y del mundo.

Pero para que asuman el lugar de agentes de transformación, los niños y los jóvenes tienen que tener acceso a una educación que contemple y priorice competencias tales como la creatividad, el trabajo en equipo, el protagonismo y la empatía.

Tan importantes como las matemáticas o la enseñanza de lenguas, esas competencias aún no son contempladas por muchas escuelas, profesionales de la educación y familias. Fue esa realidad la que motivó a Escuelas Transformadoras a organizar, en mayo de 2016, una ronda de conversaciones sobre la empatía.

El encuentro tuvo lugar en la Sala Crisantempo, en São Paulo capital, y el objetivo fue construir colectivamente un entendimiento sobre la importancia de la empatía como valor y como una competencia que debe aprenderse y cultivarse en la escuela y en los demás espacios de convivencia.

Participaron líderes de las Escuelas Transformadoras de Brasil, emprendedores sociales, especialistas, periodistas y académicos de diferentes áreas. El debate se alineó a un movimiento global que se preocupa por la formación integral de las personas y que, por lo tanto, considera relevante trabajar habilidades socioemocionales en el ambiente escolar.

Compuesta por nueve artículos, esta publicación es fruto de esa ronda de conversación. Los autores de estos textos estaban presentes en el evento y están de acuerdo con la necesidad de sistematizar las discusiones planteadas en aquella oportunidad. En Brasil son pocos los estudios y las publicaciones acerca de la relevancia de la empatía en la formación de niños y jóvenes y mucho nos alegra contribuir a que se le brinde más espacio e importancia al tema en la agenda educativa brasileña.

El primer artículo, Empatía: algunas reflexiones, cuya autora es la psicoterapeuta Ana Olmos, hace hincapié en la importancia del vínculo para la construcción de la subjetividad humana y para la forma en la que nos relacionamos los unos con los otros.  Olmos discute el sentido del vínculo en el proceso educativo y señala la importancia de la familia y de la escuela para la formación de niños y jóvenes empáticos. La especialista también reflexiona acerca del papel que desempeña el educador en la resolución de conflictos.

A seguir, el texto Empatía en la discordia, de Maria Amélia M. Cupertino, coordinadora del Colegio Viver, localizado en la ciudad de Cotia, São Paulo, nos brinda los relatos de quien se desempeña a diario en la escuela desde hace más de veinte años. Maria Amélia sostiene que el entorno escolar debe posibilitar la convivencia con la diversidad e invita al lector a reflexionar acerca de los desafíos de trabajar la empatía en los conflictos cotidianos. Para ella, la resolución de un conflicto no debe centrarse en el castigo, sino recurrir al diálogo, a la escucha. El camino es más duro, pero definitivamente el correcto si deseamos formar personas capaces de relacionarse unas con las otras y actuar positivamente en el mundo.

Sin embargo, la diversidad también puede —y debe— experimentarse del lado de afuera de los muros de la escuela. En el tercer artículo, Educación y empatía: caminos hacia la transformación social, Natacha Costa, directora ejecutiva de la asociación Cidade Escola Aprendiz, sostiene que los espacios públicos son fundamentales para el desarrollo de la empatía, pues experimentarlos coloca al niño y al joven en contacto con la alteridad. Natacha también nos invita a pensar la empatía como una competencia fundamental en la búsqueda de una educación comprometida con la transformación del mundo.

Sonia Dias Ribeiro, coordinadora pedagógica de la Escuela Comunitaria Luiza Mahin, de Salvador, Bahía, aborda la importancia de la corporeidad para el desarrollo de la empatía. En El baobab de la educación: empatía y ubuntu – valores de una educación transformadora, la educadora sostiene que el proceso educativo debe estar impregnado de cuerpo, que los contenidos deben ser vividos y experimentados y que, en la convivencia diaria con las diferencias, los niños encuentran condiciones para desarrollar una postura empática. Con origen comunitario, la escuela vive en su esencia las nociones de diversidad y colectividad que provienen de un intenso contacto con los diferentes actores y saberes de la comunidad.

No son todas las escuelas, sin embargo, que logran alcanzar tanta integración con el entorno y construir relaciones fructíferas, de intercambio y construcción conjunta. Por el contrario, ello aún constituye un gran desafío para muchas escuelas brasileñas. Leandro Beguoci, director editorial y de productos de la Asociación Nova Escola, hace esa provocación en el artículo ¿Cuál es el nombre de la escuela pública más cercana a su casa? Con esa pregunta, invita al lector a tomar conciencia de aquello que pasa desapercibido y nos convoca a una corresponsabilización: necesitamos salir de nuestra zona de comodidad y movilizarnos: la integración escuela-comunidad depende de cada uno de nosotros. Tal vez la ausencia de una respuesta a la pregunta inicial también denote una posible ausencia de empatía: no nos abrimos para ver y escuchar aquello que está a nuestro lado y, de esta manera, hacemos que sea imposible construir nuevos caminos para la educación.

La empatía, por lo tanto, también implica necesidad de acción. Ese es el pensamiento de Luciana Fevorini, directora del Colegio Equipe, de São Paulo capital. En su artículo Empatía y solidaridad, enfatiza que no es suficiente ponernos en el lugar del otro, sino que tenemos que actuar ante aquello que nos despierta empatía. Y esa actitud debe, siempre, caminar hacia una sociedad más justa y menos desigual. Es allí donde se destacan algunos ejemplos de prácticas realizadas en la escuela.

No obstante, la empatía no debe cultivarse solo en el entorno escolar, sino también en la calle, en el tránsito, en la fila del banco, en el supermercado y dentro de casa. Es eso lo que afirma la artista plástica Stela Barbieri en su artículo Empatía a su debido tiempo. Pero la vida parece muy ajetreada, provoca Barbieri, el tiempo escasea y, sin tiempo, jamás lograremos tener empatía, pues necesitamos tiempo para crear lazos y conexiones con nosotros mismos y con los demás. Una lectura que nos invita a despresurizar la existencia para dar credibilidad y lugar a lo que sentimos y a lo que nos mueve.

En el artículo Yo otro, Auro Lescher traza una línea del tiempo que nos lleva a la esencia de todos los seres vivos: el interior de las estrellas. En una breve recapitulación de la historia del universo, nos recuerda que todos los seres vivos tenemos un origen común y que, a pesar de nuestras diferencias y relaciones complejas, necesitamos relacionarnos y mantenernos en armonía. Lescher traza un paralelismo con la biología y sostiene que las relaciones de intercambio son fundamentales en todos los sistemas del planeta. Para los grupos humanos, la empatía sería una fuerza motriz de esas relaciones de intercambio, que también serían relaciones de camaradería y afecto. El psiquiatra señala que ser empático no significa, sin embargo, desvincularnos de nuestra identidad, sino fortalecer la unidad entre los seres vivos.

En el texto Las relaciones se establecen por empatía, Fernando Leão, director de la Escuela Vila Verde, de Alto Paraíso de Goiás, estado de Goiás, afirma que debemos ampliar el concepto de empatía e ir más allá de la idea de tolerancia o convivencia. Para él, las relaciones empáticas se establecen en cuatro niveles: con uno mismo, con el otro, con la sociedad y con el planeta. Fernando también describe en su texto cómo Vila Verde aborda la empatía en el ámbito escolar.

Hilvanando ideas delicadamente, el poeta y educador André Gravatá concluye las reflexiones. En su poema Incontables nos invita a navegar por los incontables modos de existir.

Con esta publicación, Escuelas Transformadoras espera contribuir a que educadores, artistas, padres, coordinadores de centros culturales, directores de escuelas y demás profesionales comprometidos con la formación de niños y jóvenes participen en el debate sobre la importancia de fomentar la empatía como un valor y una competencia primordial.

Esperamos que estas reflexiones despierten inquietudes y actitudes que contribuyan a prácticas educativas que no separen inteligencia emocional e intelectual, pues ellas viven juntas. Que esa comprensión se difunda y sea defendida por todos aquellos que creen en un mundo más amigable.

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